En LaVuelta no siempre hay batalla. Los días pasan y el pelotón administra sus fuerzas. Se nota el cansancio, el calor, los traslados… Queda una última semana de traca y por eso, este martes, los ciclistas se tomaron la etapa como de transición. El viento, enemigo temido por su capacidad de crear abanicos, no entró en juego. El que sí animó la cosa fue Primoz Roglic.
El plan inicial fue el de casi siempre: fuga con dos modestos españoles. En esta ocasión repitieron Maté y Okamika. El primero sigue engordando la cuenta para reforestar Sierra Bermeja. Lo contó en MARCA durante la previa: cada kilómetro en fuga, un árbol para la zona afectada. La salida, por cierto, no la tomaron Chaves y Van Gils, este último con covid.
La hora de los hombres rápidos
Viendo el panorama, se prevía un final idílico para los hombres rápidos. A falta de 9 kilómetros lo intentó el siempre peleón Ibai Azurmendi. A falta de 2,6 kilómetros saltó Primoz Roglic. Evenepoel pinchó, pero ya estaba dentro de la distancia de seguridad y así lo entendieron los jueces tras una larga deliberación. Primoz, cuando quería recortar segundos, se fue al suelo en el peor momento.
Pudo entrar en meta y rascar 8» a Remco, pero el golpetazo -probablemente si la caída hubiera sido durante la etapa y no al final habría abandonado- tendrá consecuencias. Entró a la línea de meta aturdido. Por suerte, el parte médico sólo desliza contusiones a falta de nuevas pruebas. Al final, es cierto eso de que no hay etapas de transición. El triunfo, eso sí, fue para Pedersen, que hizo ‘doblete’. Nadie más rápido como él en este tipo de finales.
Clasificación etapa:
Clasificación de la general:
Jornada trampa, etapa 17: Aracena-Monasterio de Tentudía (160 km)
Extremadura va ser clave en esta Vuelta con dos finales inéditos. El Monasterio de Tentudía será el encargado de recibir una meta de la ronda española por primera vez. Será una jornada rompepiernas que terminará con un final en alto perfectos para los puncheurs que vayan a cazar alguna etapa.