Rodrygo acaba con la 'Benzemadependencia'

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El Real Madrid camina con paso firme y contundente. Los de Ancelotti han podido con todo desde que se inició la temporada: nueve victorias de nueve partidos.

Pero es que, incluso, han superado esa crisis que muchos anunciaban en el tiempo y que los dirigentes del Real Madrid decían tener bajo control: la ausencia durante un periodo de tiempo de Karim Benzema. Esa baja llegó, pero Ancelotti y los que mandan estaban tan tranquilos porque sabían que ahí estaba un jugador como Rodrygo Goes, una de las apuestas de la entidad madridista en su estrategia diseñada hace años por la apuesta del talento joven.

Durante todo el verano que está próximo a terminar ha sido uno de los temas preferidos de tertulias futbolísticas y, de paso, para poner en duda la estrategia deportiva del Real Madrid. Hablamos del manoseado tema del sustituto de Benzema, ese segundo nueve, aquel que para todos era imprescindible, menos para los que deciden en el club blanco. Lo tenían muy claro e insistían: «No vendrá delantero alguno. Lo que tenemos nos basta», afirmaban una y otra vez desde la zona noble. Por mucho que lo dijeran, nadie o casi nadie mejor dicho, creían en el mensaje: «Es imposible», se escuchaba.

La apuesta tenía nombre y apellido

Ese convencimiento que existía dentro de la entidad madridista apuntaba a un jugador por el que pocos apostaban y que no es otro que Rodrygo Goes. Y esa fe que mantenían estaba basada en lo que veían en el trabajo diario de un brasileño que llegó al Real Madrid siendo un niño y que ha tenido que cambiar su manera de jugar y adaptarse a todo. Nunca existió una negativa y sí un querer aprender. Ahora le toca recoger lo sembrado desde que llegó en 2019 y que no todo ha sido felicidad y palmadas en la espalda.

Los informes técnicos que existen dentro del club apuntan hacia un jugador superlativo en la técnica individual, pero con una capacidad todavía superior en eso que está tan de moda en el fútbol actual, que no es otra cosa que la velocidad. El ex de Santos (el Real Madrid le vio con apenas 16 años y logró su fichaje con 17) apareció en el fútbol de élite jugando en la banda, la izquierda por cierto. En Madrid tuvo que cambiar de banda ante la presencia de Vinicius. No le importó.

Transformación física

Lo siguiente que le pidió el cuerpo técnico era lo de aumentar y muscular su cuerpo para que esa velocidad le permitiera jugar más por dentro. Dicho y hecho. Las pruebas las iba superando y desde el club veían con cierta tranquilidad aquella ausencia del refuerzo de un delantero centro y la negativa de Mbappé a cumplir su sueño deportivo que no el económico: «No hay necesidad de fichar un nueve. Lo tenemos en casa y es Rodrygo. No tiene porque medir dos metros».

El contratiempo sufrido por Benzema ha acelerado los plazos, pero ha servido para demostrar que todo lo que hace el Real Madrid en el aspecto deportivo tiene su lógica y una de sus máximas paso por confiar en un jugador como Rodrygo, su crecimiento y su manera de entender el fútbol.

Respaldado por la familiar

El entorno profesional y familiar de Rodrygo ha ayudado en su crecimiento. Su padre fue profesional del fútbol y sabe lo que es un vestuario y una competencia por un puesto dentro del once. Ha sido el primer psicólogo y punto de apoyo en los momentos complicados que ha pasado el brasileño.

En todo momento ha entendido a la perfección el mensaje que le transmitía el club y Carlo Ancelotti. Sus apariciones en la pasada Champions, en los momentos decisivos y en los que más lo necesitaba el equipo, confirmaron que esos informes que existían dentro del club era más que ciertos. Cinco goles en la pasada Champions en los últimos diez minutos de los partidos, lo certificaron.

El partido ante el Atlético era la prueba definitiva. Ni se escondió ni le pudo el ambiente. Al contrario desde el minuto uno buscó la pelota y poco le importó las duras entradas de Koke y Reinildo. No podía fallar porque era fallar al club y al madridismo. La pared con Tchouaméni y el desmarque, fueron el preludio del perfecto pase del francés y de ese gol por toda la escuadra que derribó el muro rojiblanco.

En lo que va de temporada ha jugado las tres posiciones de la punta de ataque, con un saldo de tres goles y dos asistencias, pero sobre todo con la impronta de ser un gran jugador y con el hallazgo por parte de muchos de un delantero centro de presente y futuro.

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