El Mundial 2022 acaba de comenzar para Brasil, que ha llegado a Qatar este viernes al borde de la medianoche. Lo ha hecho considerablemente después de la mayoría de las selecciones, un timming motivado por la fecha de su debut en la Copa del Mundo: el jueves, ante Serbia.
La expedición de la Canarinha ha llegado tras una provechosa concentración previa en Italia, en concreto en Turín. Allí, valiéndose de las instalaciones de la Juventus, ha realizado cinco entrenamientos en los que el secretismo ha ido aumentando paulatinamente.
La primera fiesta en Doha
El buen ambiente ha predominado en una etapa que suele despertar el nerviosismo de los futbolistas, unos futbolistas que, por cierto, se mantienen expectantes sobre lo que decida Tite para el estreno en Qatar. Nadie sabe qué alineación dispondrá el técnico, que medita sentar a un atacante de puro vértigo, con Viniciuscomo candidato, para introducir a otro que aporte mayor equilibrio.
A las 23:57, hora local, con casi 45 minutos de retaso, la Pentacampeona apareció por el Westin Doha, su casa para, en el supuesto soñado, casi un mes. Desde antes de las 22:00 esperaban centenares de aficionados, mezclándose los locales con los brasileños, con una fiesta muy carnavalera: camisetas, pancartas, gorros, bailes, cánticos, un saxofonista…